miércoles, 21 de septiembre de 2016

LA VOZ

Frank Sinatra es, sin duda, uno de los grandes artistas que nos regaló el siglo pasado. ¿Quién no ha caído rendida cuando un galán te canta al oído “the way you look tonight”? Su música, su estilo, su sensualidad y su voz lo hicieron un ícono, pero, ¿quién fue Frank Sinatra?





Su nombre real era Francis Albert Sinatra, y nació el 12 diciembre de 1915 en Hoboken, Nueva Jersey, en un barrio de clase media. Hijo de inmigrantes italianos, fue el único hijo del matrimonio Sinatra. Murió el 14 de mayo de 1998 en California.




Fue aficionado al boxeo desde chico, y por las noches ayudaba a su padre en la taberna propiedad de la familia, lo que lo relacionó con el mundo de la música desde los 10 años. Fue un atleta reconocido, tuvo su época de pandillero y practicó diversos oficios, desde camionero hasta cronista deportivo.




En 1932 se casó con Nancy Barbato, con la que asistió al último concierto que dio Bing Crosby, uno de sus grandes ídolos.


Carrera profesional




Como todos los grandes músicos, Frank empezó cantando en bares y fiestas, hasta que ganó un concurso radiofónico con el trío “Three Flashes”, iniciando una gira que por poco exitosa lo obligó a regresar a casa antes de lo pensado.




En 1939 comenzó a dar conciertos con la orquesta Harry Arden. Le faltaba potencia en la voz, por lo que hizo del micrófono su mejor aliado, convirtiéndose en esta imagen mítica que recordamos de Frank Sinatra y el micrófono cuadrado de los años 40.




Su repertorio se basó en la obra de los más importantes compositores populares estadounidenses, como Jimmy Van Heusen, Cole Porter, Sammy Cahn o George Gershwin. Su estilo mezclaba el jazz y la música pop que empezaba a difundirse gracias a la radio.




Técnicamente se caracterizó por su cuidada precisión en el fraseo y su dominio del control de la respiración; el rango de su voz estaba próximo al de barítono.




Sinatra le apostó a la gente. Sus canciones contaban una historia de la forma más expresiva posible, acercando su voz al corazón del público, logrando que todos se identificaran con él y con su música.




Además, incursionó en el mundo de la actuación con un estilo propio. Se rehusaba a ensayar y repetir líneas y papeles por lo que sus actuaciones eran intuitivas, emocionalmente intensas e irregulares.




Su papel en “De aquí a la eternidad” le valió un Oscar como mejor actor secundario.




A lo largo de toda su carrera grabó más de 1,300 canciones y participó en más de 50 películas. Ganó 10 Grammys, el Premio de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Grabación, la Medalla de la Libertad del gobierno estadounidense y un sinfín de premios y reconocimientos.




Murió a los 83 años en Los Ángeles, California, llevándose el mejor homenaje que un artista puede recibir: la inmortalidad. A 71 años de su época dorada, lo seguimos recordando, y su música nos sigue poniendo la piel de gallina

No hay comentarios:

Publicar un comentario